Tras abrir la puerta de la taberna, descubres una estancia llena de mesas rebosantes de aventureros como tú que descansan al calor del fuego. Las cervezas surcan el aire junto con los relatos de las grandiosas gestas que los héroes del interior han vivido en los últimos tiempos y el olor de la carne asada, tan denso que casi puedes masticarlo, te acompaña en tu andadura hacia la barra, donde un gnomo de sonrisa mellada te atiende afable.

 Con tu jarra ya en la mano, te das la vuelta y observas la sala por largo rato hasta que encuentras una mesa que llama tu atención en particular, pues está abarrotada de forma tal que muchos de los que se hallan a su alrededor permanecen en pie. Presumes que quienquiera que esté acaparando la atención de tanta gente es digno de ser escuchado, por lo que cedes a tu curiosidad y te acercas a paso vivo hacia la mesa. Sentada en ella, una joven mujer de largos cabellos castaños, ondulados como las olas del mar, y ojos color tierra habla con voz alegre a las más de treinta personas que se agolpan a su lado:

 –Mi nombre es Irina, queridos amigos, y, como podréis advertir, nada me llena más el corazón que una buena historia.

Empecé a escribir mis propios relatos desde que era muy joven, pues no soy capaz de recordarme sin una venturosa gesta en la cabeza. Ya fuera en las horas muertas de clase o en mis ratos libres, mi mente siempre estaba en otro mundo, en otro lugar, allí donde los caballeros vagan por las tierras blandiendo sus bruñidas espadas y donde la magia puede respirarse en el aire.

 »Aunque no lo creáis, estudié durante toda mi vida para ser algo muy diferente, pues profesora de equitación es mi oficio. Mas con el tiempo me di cuenta de que esa no era en verdad mi pasión, por lo que cedí a la locura que había germinado mi corazón desde tierna edad y decidí dedicarme en cuerpo y alma a la escritura y, tras arduas batallas sobre todo contra mis propias dudas y temores, he conseguido escribir mi primer libro. El primero de muchos, deseo.

Ahora mismo ese libro se halla en su última fase de desarrollo, pero os doy mi palabra de que para noviembre de este año estará disponible para todos vosotros.

 »Y, al igual que escribir colma mi alma de gozo, también lo hace la artesanía. No hace mucho descubrí el arte de la pirografía, aquel que quema la madera para dibujar sobre ella. Ya son varias las piezas que he diseñado y fabricado con mis propias manos, las cuales encontraréis en La Plaza de los Artesanos, no muy lejos de esta taberna.

 »¿Qué más puedo decir? Soy una ferviente amante del rol, de juegos tales como Zelda, Baldur’s Gate III y Soul Calibur. Nunca diré que no a un buen juego de mesa, ni tampoco a un largo paseo por la playa al atardecer. Disfruto de tirar con arco o de asistir a un combate medieval y, sin lugar a dudas, pocas cosas me gustan tanto como una buena comida.